miércoles, 2 de abril de 2014

EJERCICIO # 10



 EJERCICIO # 10





Se coloca acostado en decúbito dorsal sobre el piso, luego levanta las piernas y las coloca en forma verti­cal sobre una pared. Para este ejercicio debe colo­carse muy junto a la pared, la espalda sobre el suelo sin almohada, brazos a los costados del cuerpo un po­co flexionados, sobre el piso. (figura 11).



Este ejercicio es especial para realizar un gran trabajo, que solamente el Sacratísimo Espíritu Santo lo puede ejecutar dentro de nuestro organismo. Se trata de que nosotros tenemos en el cerebro una lu­na, lo que nos convierte de hecho en seres lunares, con una conducta negativa y lunar. En cambio, en la región del ombligo tenemos un sol maravilloso. Desde que salimos del Paraíso se nos cambió el sol luminoso del cerebro, pasó al ombligo y la luna fría pasó al cerebro. Entonces, conociendo este aspecto y estando en esta posición, rogamos al Sacratísimo Espíritu Santo para que nos haga ese trasplante, para que saque la luna del cerebro y la coloque en nuestro ombligo y a su vez nos saque el sol luminoso del om­bligo y lo deposite en nuestro cerebro.
Es claro que nos corresponde en forma incesante, constante, permanente, hacer el ejercicio del Viparita-karana-mudra. Hay que rogarle, suplicarle, implorarle al Espíritu Santo que nos conceda esa gracia de ha­cernos ese cambio, colocar en el ombligo la luna que
tenemos en el cerebro, y el sol que tenemos en el ombligo, llevarlo hasta nuestro cerebro.
Este es un trabajo que solamente lo puede hacer el Tercer Logos. Se debe implorar y suplicar profun­damente concentrado en el Tercer Logos, para que El venga y nos haga ese trasplante de luna al ombli­go y de sol al cerebro.
Este Viparita-karana-mudra es un verdadero rito, maravilloso para conseguir el rejuvenecimiento del cuerpo físico. Volver a reconquistar la juventud es urgente y necesario, el cuerpo debe permanecer joven y alentado en el iniciado que marcha por la senda del filo de la navaja.
Quien logre hacer este ejercicio por el término de 3 horas, vencerá a la muerte y reconquistará la ju­ventud, aunque deberá empezarse a lo sumo con 5 minutos y luego ir aumentando el tiempo paulatina­mente, lentamente, con paciencia, despacio; por ejem­plo, aumentaremos un minuto diario.
A quienes anhelen rejuvenecer el cuerpo y curarse de toda enfermedad, aquí les damos la fórmula mara­villosa: el Viparita-karana-mudra. ¿Entendido?
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