V
SUEÑOS INÚTILES
Bueno, voy a hablar de algo que es muy importante, quiero
referirme enfáticamente a la cuestión de los sueños. Ha llegado la hora de ir
al fondo de esta cuestión: Considero que lo más importante es dejar de soñar.
En realidad los sueños no son más que meras proyecciones de la mente y, por lo
tanto, ilusorios, no sirven.
Es precisamente
el ego quien proyecta sueños y obviamente esos sueños resultan inútiles;
nosotros necesitamos transformar al subconsciente en consciente. Necesitamos
eliminar radicalmente no sólo los sueños, sino también la posibilidad de soñar
y eso es grave; es incuestionable que tal posibilidad existe mientras existan
elementos subjetivos dentro de nuestra psiquis.
Necesitamos una
mente que no proyecte, necesitamos agotar el proceso del pensar. La mente
proyectista”, proyecta sueños y estos son vanos e ilusorios. Cuando hablo de mente proyectista no estoy refiriéndome
a los meros proyectos como los que hace un ingeniero que traza o proyecta los
planos para un edificio, un gran puente o una carretera, no; cuando hablo de
mente proyectista quiero referirme a todo animal intelectual.
Es claro que el subconsciente siempre proyecta, no
solamente casas, edificios o cosas por el estilo, no. Aclaro: Proyecta sus
propios recuerdos, sus propios deseos, sus propias emociones, pasiones, ideas,
experiencias, etc., etc., etc. La mente proyectista, repito, proyecta sueños y
es claro que mientras el subconsciente exista existirán las proyecciones.
Cuando el subconsciente concluye, cuando se ha transformado en consciente, las
proyecciones concluyen, ya no pueden existir, desaparecen
Si queremos nosotros llegar a la auténtica
iluminación, es necesario y urgente, dijéramos, transformar al subconsciente en
consciente. Indubitablemente tal transformación sólo es posible aniquilando al
subconsciente. Pero el subconsciente es el ego, entonces hay que aniquilar al
ego, al yo, al mí mismo, al sí mismo y así es como se transforma el
subconsciente en consciente. Necesita dejar de existir el subconsciente para
que en su lugar aparezca la conciencia objetiva, real y verdadera.
En otros términos, quiero decir que mientras exista
cualquier elemento subjetivo, por insignificante que este sea, dentro de
nosotros mismos, aquí y ahora, la posibilidad de soñar continúa; mas cuando
termina cualquier elemento subjetivo, cuando ya no quede en nuestra psiquis
elemento subconsciente alguno, el resultado es la conciencia objetiva, la
iluminación auténtica y verdadera.
Un individuo que posea conciencia objetiva, que haya
eliminado al subconsciente, vivirá en los mundos suprasensibles completamente
despierto y, mientras su cuerpo duerma en el lecho, se moverá en esos mundos a
voluntad, viendo, oyendo y palpando las grandes realidades de los mundos
superiores.
Una cosa es andar uno en los mundos hipersensibles con
la conciencia objetiva, es decir, despierto y otra cosa es hacerlo en estado
subjetivo, subconsciente, proyectando sueños. Vean ustedes qué diferencia tan
grande existe, entre el que ambula por esas regiones proyectando sueños y el
que vive allí sin hacer proyecciones, con la conciencia completamente
despierta, iluminado, en un estado de superexaltada vigilia. Obviamente este
último verdaderamente es un iluminado y puede, si así lo quiere, investigar los
misterios de la vida y de la muerte y conocer todos los enigmas del universo.
Por ahí hay cierto autor que dice que los sueños no
son más que las ideas disfrazadas, y si eso es así, nosotros podemos aclarar un
poco más la cuestión, diciendo que “son proyecciones de la mente, porque esas
ideas disfrazadas se proyectan mentalmente y he ahí los sueños”; por lo tanto
son falsos y vanos. Pero quien vive despierto ya no sueña.
Nadie podría vivir despierto sin haber muerto en sí
mismo, sin haber aniquilado el ego, el yo, el mí mismo. Por eso es que quiero
que todos los hermanos se preocupen más por la desintegración del ego, porque
sólo así, desintegrando esa terrible legión, podrán quedar despiertos
radicalmente.
Indubitablemente, no es fácil eliminar elementos
subjetivos, los hay y muy variados. Esta eliminación se procesa en forma
didáctica, poco a poco; pero conforme uno va eliminando tales elementos, la
conciencia se va objetivizando, y cuando la eliminación ha sido absoluta, la
conciencia ha quedado totalmente objetivizada, despierta. Entonces la
posibilidad de soñar ha terminado, ha concluido.
Los grandes adeptos de la Fraternidad Universal Blanca
no sueñan, poseen conciencia objetiva; la posibilidad de soñar para ellos ha
desaparecido y los encuentra uno en los mundos superiores en estado de vigilia
intensificada, totalmente iluminados, dirigiendo la corriente de los
innumerables siglos, gobernando las leyes de la naturaleza, convertidos en
dioses que están más allá del bien y del mal.
Se hace, pues, indispensable comprender esto a fondo.
Para sintetizar mejor, para que todos puedan sacar un resumen exacto, quiero
decirles lo siguiente:
1- El
subconsciente es el mismo ego. Aniquílese el ego y la conciencia despertara.
2- Los
elementos subconscientes son elementos infrahumanos que cada cual lleva adentro;
destrúyanse y toda posibilidad de soñar concluirá.
3- Los
sueños son proyecciones del ego y por lo tanto no sirven.
4- El ego
es mente.
5- Los
sueños son, por ende, proyecciones de la mente.
6- Esto
deben ustedes anotarlo con mucha atención: ES INDISPENSABLE NO PROYECTAR.
7- No
solamente se proyectan cosas para el futuro, constantemente vivimos proyectando
las cosas del ayer.
8- También
se proyectan toda clase de emociones presentes, morbosidades, pasiones, etc.,
etc., etc.
Las proyecciones de la mente son, pues, infinitas; en
consecuencia, las posibilidades de soñar son infinitas. ¿Cómo podría
considerarse iluminado a un soñador? Obviamente, el soñador no es más que
soñador, nada sabe sobre la realidad de las cosas, sobre eso que está más allá
del mundo de los sueños.
Es indispensable que nuestros hermanos del Movimiento
Gnóstico se preocupen por despertar, para lo cual se requiere que se dediquen
de verdad a la disolución del yo, del ego, del mí mismo, del si mismo; que sea
esa su principal preocupación.
Conforme vayan muriendo en sí mismos, la conciencia
se irá volviendo cada vez más y más objetiva, y las posibilidades de soñar irán
disminuyendo en forma progresiva. Meditar es indispensable para comprender
nuestros errores psicológicos. Cuando uno comprende que tiene tal o cual error
o defecto, puede darse el lujo de eliminarlo, tal como lo enseño en mi obra
titulada: “El Misterio del Áureo Florecer”.
Eliminar tal o cual error, tal o cual defecto psicológico,
equivale a eliminar tal o cual agregado psíquico, tal o cual elemento
subjetivo dentro del cual existen las posibilidades de soñar o de proyectar sueños.
Cuando uno quiere eliminar un defecto, un error o un agregado
psíquico, debe primero comprenderlo; pero hermanos, no basta comprender
únicamente, ¡mv que ir algo más hondo, más profundo: es necesario “capturar” el hondo significado de aquello
que uno ha comprendido, y solamente puede lograr esa captura a través de la
meditación de fondo, profunda, muy íntima...
Aquel que ha capturado el hondo significado de lo que
ha comprendido, está en posibilidad de eliminar. Eliminar agregados psíquicos
es urgente. Agregados psíquicos y defectos psicológicos en el fondo son lo
mismo; cualquier agregado psíquico no es más que la expresión de un defecto de
tipo psicológico...
Que hay que eliminarlos, eso es claro, pero primero
tenemos que haberlos comprendido y también haber capturado su honda
significación. Así es como vamos muriendo de instante en instante; sólo con la
muerte adviene lo nuevo. Algunos quieren estar despiertos en el astral, en el
mental, etc., pero no se preocupan por morir y lo más grave es que confunden a
los sueños con las verdaderas experiencias místicas.
Una cosa son los sueños, que no son más que simples
proyecciones del subconsciente, y otra son las experiencias místicas reales.
Cualquier experiencia mística auténtica exige el estado de alerta y conciencia
despierta.
Yo no podría concebir experiencias místicas con
conciencia dormida. Así pues, la experiencia mística real, verdadera,
auténtica, sólo adviene cuando objetivizamos la conciencia, cuando estamos
despiertos.
Reflexionen nuestros hermanos profundamente en todo
esto; que estudien nuestra obra El Misterio del Aureo Florecer, que se
preocupen por morir de momento en momento, sólo así lograrán realmente la
objetivización total de la conciencia.
Pregunta: -Maestro, todas aquellas muchedumbres que
corren allá como locas, ¿van dormidas?, ¿van proyectando?, ¿van soñando?, ¿van
enajenadas de sí mismas?
Respuesta: -Ciertamente esa gente que va en tropel
corriendo, va soñando. No es necesario que sus cuerpos estén acostados en la
cama, roncando y a media noche para estar soñando.
La gente sueña aquí mismo en carne y hueso. Así como
la ve usted, corriendo como loca por la calle, ambulando en ese constante ir y
venir, como máquinas sin ton ni son, ni orientación alguna, así andan también
en los mundos internos cuando el cuerpo físico está dormido en la cama.
Lo que sucede es que esta gente que sueña en la vida,
que anda soñando así en el mal llamado estado de vigilia, que los ve uno
dormidos, soñando, cuando llega la hora en que su cuerpo físico duerme, abandonan
tal vehículo y entran en los mundos suprasensibies llevándose a tales regiones
sus propios sueños, es decir, cada cual se lleva sus sueños a los mundos internos,
tanto durante las horas en que el cuerpo duerme como después de la muerte.
La gente muere realmente sin saber cómo y entra en los
mundos internos soñando, y vive soñando, y nace sin saber a qué hora ni cómo, y
en la vida práctica anda soñando a todas horas.
No es pues extraño que la gente caiga debajo de las
ruedas de los automóviles, que cometa tantas locuras; esto se debe a que
tienen la conciencia dormida, están soñando...
Dejar de soñar es indispensable. El que deja de soñar,
aquí y ahora, deja de soñar en cualquier rincón del universo, anda despierto en
todas partes. El que despierta aquí y ahora, despierta en el infinito, en los
mundos superiores, en cualquier lugar del cosmos.