IV
HABITANTES DEL SOL SIRIO
Sirio es la capital, dijéramos, de toda esta galaxia
en que vivimos. Esta galaxia, la Vía Láctea, el Macrocosmos, tiene muchos
millones de sistemas solares y todos los soles y planetas giran alrededor del
Sol Central Sirio. Sirio es millones de veces más grande que el sol que nos
alumbra y tiene un hermano gemelo que es una Luna, 5,000 veces más densa que
el plomo. Esa Luna gira alrededor de Sirio en forma incesante; Sirio es, pues,
una estrella doble.
Resulta muy interesante saber que el núcleo mismo de
esta gran galaxia esté debidamente polarizado.
De Sirio mismo devienen todas esas irradiaciones que
gobiernan a todos los supracielos de los diversos mundos que componen la
galaxia y de su hermano gemelo, esa Luna tan pesada, 5,000 veces más densa que
el plomo, devienen todas esas influencias negativas, tenebrosas que
caracterizan a cada uno de los satélites-lunas que giran alrededor de sus
mundos; radiaciones fatales, siniestras, que gobiernan los infrainfiemos.
Hay una tercera fuerza que llamaríamos neutra, la cual
permite cierto equilibrio entre los poderes positivos y negativos. Vean
ustedes cómo la galaxia está debidamente equilibrada entre la luz y las
tinieblas, entre los positivo y lo negativo. Sirio en sí mismo es un mundo
gigantesco que tiene rica vida minera!, vegetal, animal y humana. Sus habitantes
son de muy poca estatura, no alcanzan a tener ni siquiera un metro de alto, yo
creo que tienen corno medio metro; delgados de cuerpo y con hermosa presencia,
son verdaderos Adeptos de la Blanca Hermandad.
En Sirio no puede reencarnarse nadie que no haya
alcanzado la estatura de un Kumâra; allí aquellos hombres son verdaderos
dioses. Viven humildemente en los campos y a nadie se le ocurre construir ciudades;
eso de hacer ciudades es propio de gente no inteligente. Los habitantes de
Sirio jamás caerían en semejante error.
Tienen humildes casas, usan túnicas tejidas sencillamente.
Cada casa tiene su huerta donde el siriano cultiva sus alimentos y sus jardines
donde cultivan sus flores. Viven en paz y armonía todos, unos con otros.
A nadie se le ocurriría hacer allí guerras ni nada por
el estilo, pues todo eso es bárbaro y salvaje. Los sirianos son gente muy
culta, verdaderos hombres iluminados en el sentido más trascendental de la
palabra.
Allí está la Iglesia Trascendida, uno se asombra
cuando penetra a ese templo de maravillas. Allí ofician los grandes iniciados
de la galaxia; yo he asistido varias veces a las ceremonias.
Constantemente se hace pasar o se vive allí el Drama
Cósmico, la vida, pasión y muerte del Cristo. En el templo corazón de aquel
mundo gigantesco, de aquel sol extraordinario, encontramos al dios Sirio y con
él a todos sus iniciados, sus discípulos. Realmente Sirio es la capital de la
gran galaxia en que vivimos.
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